Suite van der Woodsen

Llegué al hotel arrastrando mi maleta. Me acerqué a la recepción y pregunté por el número de habitación en la que se estaba alojando mi madre.

-La 301.. oh, gracias -dije amablemente-

Seguí el camino hacia el ascensor y subí a la planta que correspondía a la habitación. Piqué pero nadie me contestó. Saqué la llave de mi bolsillo y abrí la puerta.

-¿Hola? -esperé unos segundos- ¿Mamá, estás aquí?

Entré a la habitación y cerré la puerta, dejando la maleta a un lado.. me dejé caer sobre la cama y cerré los ojos.

Dejo caer uno de mis brazos a un lado y suspiro. Me incorporo y miro la habitación. No hay señas de que nadie haya llegado. Me levanto, cojo mi bolso y me dirijo hacia la puerta. Salgo.

Entré en la suite con la caja en las manos, intentando esconderla detrás de mi cuerpo por si mi hermano o mi madre estaban allí. Me asomé y no vi a nadie. Cerré la puerta con cuidado y abrír el armario, escondiendo la caja dentro de él, para que no pudiese verla nadie.
Pronto me desaría de ella. Pero, antes, tenía que solucionar algo.

Me acerqué a la cama y me senté, descolgando el teléfono y marcando a la recepción del hotel.

-¿Me puede comunicar con la Suite de Chuck Bass, por favor?

-El señor Buss no está en su Suite. Bajó hace unos momentos al bar del hotel.

-De acuerdo, gracias. -colgué-

Observé que no quedara nada fuera de su sitio. Salí de la habitación rumbo al bar del hotel.

Tal y como le había prometido a Serena, fui a su Suite cuando hube reunido la información. Había sido relativamente fácil para mi investigador localizar a Georgina, de lo cual me alegraba, pero me alegraba más de la información que me había dado.
Llamé a la puerta de la suite y apoyé mi mano derecha en el marco de la puerta, dejando caer todo el peso.

Oí como llamaban a la puerta. Me levanté de la cama y apagué la televisión, abrochándome la bata de camino a la puerta. Miré por la mirilla de la puerta y vi que era Chuck.
Abrí.

-Pasa -dije, apartándome de la puerta-

Buenas tardes.
Ironicé tras oir su escueto, por no decir inexistente saludo. Avancé por su suite hasta llegar al sofá, donde me senté y esperé a que llegase.
Consegui lo que me pediste.

Cuando Chuck estuvo dentro cerré la puerta. Me senté en el sofá donde él se había sentado y le escuché.

-¿En serio? -pregunté- Gracias. ¿Qué has averiguado?

OFF: Me vooy ya, ¡chaao!

Saqué una foto del bolsillo interno de mi chaqueta y se la mostré.
Al parecer sigue en Suiza, en el círculo 'amistoso' del príncipe Suizo...
Me coloqué la chaqueta y observé el rostro de Serena.
Según mi investigador privado no hay de qué preocuparse, pero... dudo que te haya mandado esas botellas desde Suiza.

Le escuchaba con atención mientras por mi mente pasaban todo tipo de imágenes mías y de Georgina. No me dejaba de preguntar lo mismo todo el rato: si Georgina estaba en Suiza.. ¿quién me había mandado esa caja de bebidas alcohólicas y esa nota?. Algo no parecía encajar del todo.

-Entonces no sé quién me ha podido mandar esa caja, Chuck. -dije, quedándome pensativa después-

Observé su cara de confusión tranquilamente, sin mostrar ningún tipo de emoción en la mía. Probablemente Serena tuviese la misma curiosidad que yo, pero sin duda alguna, mi preocupación no era comparable con la suya. Georgina no me había caído en gracia desde aquella noche, que ahora prefería no recordar.
A mi no me mires, yo no te lo he enviado.
Dije por si acaso a Serena se le estaba pasando por la cabeza que yo podía ser el culpable de todo este embrollo.
No soy de bienvenidas, y menos de ese tipo.

Escuché lo que dijo Chuck y me giré hacia él, para mirarle. Sabía que no había sido él. Se me había pasado por la cabeza, era el primer nombre que me había venido a la mente.. pero después de leer la nota me había quedado claro que él no podía haber sido.

-Lo sé, sé que no has sido tú.. -dije-

Subi una ceja con desconfianza y asentí levemente con la cabeza, con cara de póker.
Pero no me vas a negar que era el único candidato antes de la nota.
Dije con fingida ofensa. Lo que Serena pensase de mi era algo que no me importaba demasiado, mejor dicho, lo que los demás pensasen de mí. Estaba acostumbrado a ser el principal foco de problemas, y cuando no lo era se me atribuía dicha fama.

Negué con la cabeza cuando escuché a Chuck decirme eso.

-No, no te lo voy a negar, Chuck.. -le dije- El primer nombre que me vino a la cabeza nada más abrir la caja fue el tuyo..

¿Para qué mentirle y decirle que no? De todos modos, él mismo se había creado esa fama.. Me levanté del sofá y caminé un poco por la habitación. Necesitaba encontrar al responsable de aquel "regalo de bienvenida".

Escuché con indiferencia su respuesta. Sabía que diría eso, pero me sorprendía que no me hubiese dicho algo ofensivo para decorarlo. Observé como se levantaba y miraba la habitación. Serena era absolutamente preciosa.
Me alegro que haya dejado una nota.
Saqué un cigarrillo del interior de mi chaqueta y lo encendi. Di una buena calada y segui observando a Serena.
¿Qué piensas hacer?

Mientras caminaba por la habitación oí a Chuck. Me giré y le miré mal cuando vi que estaba fumando dentro de la habitación.

-No lo sé, no tengo ni idea de qué es lo que voy a hacer Chuck -dije, cabreada en cierto modo por no saberlo-

Suspiré frustrada y me senté otra vez en el sofá. Algo se me ocurriría, tarde o temprano.

Sonrei por su mirada y segui fumando, ajeno a su aparente disgusto por la situación. Ya se le ocurriría algo, de eso no cabía la menor duda. Menor duda cabría si fuese Blair la que le ayudase a trazar un plan, pero esta vez Queen S estaba sola en el campo de batalla.
Sonrei al imaginar la escena y me sentí orgulloso, en cierto modo, por mis ocurrencias mentales. Era todo un diamante en bruto.
Venganza, Serena, venganza.
Dije como si fuese obvio y segui con mi cigarrillo.

Giré el cuello y le miré, pero no dije nada. La situación no propiciaba para decir algo, y yo estaba bastante cansada para pensar qué podría hacer o quién podría ser quien me envió aquello.
Me eché hacia atrás en el sofá y me dejé deslizar un poco. Suspiré.

-Sí, venganza.. -dije como repitiendo.. sin saber muy bien lo que decía-

Terminé mi cigarrillo y lo apagué en el cenicero que había sobre la mesa, no estaba seguro si era tan solo un adorno, pero no era algo que me preocupase. Me levanté y me giré para mirar a Serena.
Si piensas en ello o sucede algo nuevo, avísame.

Levanté la cabeza y le miré, asentí.

-Está bien, te avisaré -dije. Al fin y al cabo, él me había ayudado.. y al parecer, por el momento, no me había pedido nada cambio. Raro en Chuck..-

Asenti ante su confirmación y me di la vuelta, caminando hacia la salida. Abri la puerta de la Suite y la cerré tras de mi. Nunca me había gustado despedirme.