Tomando un café

Paseo por las calles mientras miro los escaparates de algunas de las tiendas que me voy cruzando de camino al centro, desde el centro de rehabilitación. ¿Por qué no me han dejado verle?. No entiendo, no comprendo como mi madre le hace esto. Resoplo.
Diviso una cafetería y me dirigo hacia ella. Necesito tomar algo.

Entro en la cafetería y me siento en una de las mesas que hay cerca de las ventanas. Se acerca un camarero.

-Un capuccino, por favor -sonrío-

El camarero lo anota y se va. Me quedo mirando a la gente que pasa, con la mente en blanco. ¿Cómo estará todo por aquí?
Me doy la vuelta y justo en ese momento aparece el camarero con mi capuccino.

-Gracias.

Me sirvo el azúcar y comienzo a darle vueltas mientras me quedo pensando.

Iba tranquilamente en mi limousina cuando vi por la ventana a Serena sentada en una de las mesas de una cafetería. Ordené al chífer que parase y me bajé de la limousina. Entré en la cafetería y me dirigi hacia la mesa de Serena.
- ¿Serena, tú por aqui? - pregunté sorprendido mientras me sentaba en la silla que estaba frente a ella.

Off: ¿se puede?

OFF: Claro (:

Escuché a alguien y levanté la mirada de la taza, divisé a Chuck como se sentaba en la silla de enfrente

-Vaya, esto si que es una bienvenida en toda regla -dije haciendo una mueca con los labios- Llegué hace unas horas -respondí escuetamente-

Uhmm...
El camarero se acercó y me preguntó si quería tomar algo.
Un café con leche - dije seriamente.
Cuando se hubo ido volvi la mirada hacia Serena.
¿Dónde estuviste?

Le escuché y volví a remover mi café, bebiendo un sorbo después.

-Estuve por ahí, Chuck.. por ahí -le miré- No muestres interés, no hace falta que finjas conmigo -le dije seriamente-

Sonrei maliciosamente y me incliné hacia delante en la mesa.
- No finjo, Serena, sabes que te he echado de menos - dije en voz más baja de lo normal.

-Chuck, no seas hipócrita.. no me gusta la hipocresía -dije con una sonrisa falsa en los labios, tras escucharle-

Dejé de sonreir y me eché hacia atrás en la silla.
- Veo que no has cambiado nada, Serena... tal vez eso le agrade a Nate ¿no? - dije maliciosamente.

Le miré con los ojos entrecerrados al escucharle. ¿Qué se supone que quería decir con eso?. Un pensamiento cruzó mi cabeza, la agité suavemente. No, no podía ser. Era imposible.

-Chuck, he cambiado. No soy la misma Serena de antes -respondí convencida- Además, ¿por qué tendría que gustarle eso a Nate? -fingí despreocupación-

Bebí un sorbo de mi café.

El camarero trajo mi café, pero no dejé de mirar fijamente a los ojos de Serena ni un solo momento.
Vamos, Serena... no finjas - dije cuando el camarero se marchó hacia la barra - lo se todo.

Tragué saliva sin que se me notara. ¿Lo sabía, Chuck? Estaba perdida. Le miré.

-Bueno, ¿y qué si lo sabes? No vas a hacer nada, ¿verdad, Chuck? -entrecerré mis ojos y paseé la vista por su rostro- No eres de esos

El problema es que sí lo era. Debía de mantener la calma.

Sonrei por su nerviosismo. ¿Por quién me tomaba Serena?
Descuida, no tengo intención en joder la relación que tiene con Blair - dije con sinceridad - pero has vuelto a la ciudad de Gossip Girl, Serena... y aquí todo acaba sabiendose.

Escuchándole atentamente, sin quitarle la mirada de encima.

-Pues espero que siga siendo así -sonreí, sin gusto-

Él tenía razón. Todo lo que pasara en la ciudad, tarde o temprano, se acababa sabiendo. De eso podía estar completamente segura.

Me estiré en la silla y volvi a torcer mis labios en la misma sonrisa burlona que tanto esbozaba.
- En cierto modo, me muero por ver la guerra de Reinas - comenté con diversión.

-¿Guerra de reinas? -pregunté sin comprender- ¿Harías el favor de explicarte, Chuck?

Odiaba que hablara con ese tono, y odiaba más aún aquella sonrisa burlona.

- Queen B vs. Queen S. No solo una guerra por el trono, sino también por el Rey - dije y acabé riendo.

Le escuché y bebí lo que quedaba de mi café para no decir todo aquello que en realidad quería. Estábamos en un lugar público, y no quería escándalos nada más regresar.

-No sabes lo que dices, Chuck -dije al fin-

Pedí la cuenta al camarero y pagué los cafés, levantándome y cogiendo mi bolso para irme.

OFF: Me tengo que ir, mañana tengo examen :S ¡Chao!

Rei por su reacción.
- Gracias por el café, Serena, pero vigila tu humor... que hay cosas que no cambian.
Sonrei burlonamente, aún sentado.

Le escuché y negué con la cabeza. Por lo que podía ver, Chuck no había cambiado nada.

-Adiós, Chuck

Hice una mueca con los labios y salí de aquella cafetería. Una vez fuera respiré profundamente.

Paseé durante un rato por el centro, hasta que estuve lo suficientemente cansada como para volver al hotel.
Cogí un taxi & me dirigí allí.

Tras conseguir el número de teléfono de la camarera rubia, me levanté y sali de la cafetería. Fuera mi limousina esperaba tal y como le había indicado al chófer. Monté y le mandé que me llevase al hotel.