Viendo a la banda (libre)

Caminaba por las calles de aquel lado de la ciudad. Me gustaba pasear, distraerme, pensar en mis cosas.. me producía cierta tranquilidad el no estar encerrada entre cuatro paredes, el estar sola..
Me iba fijando en las fachadas de los edificios, en la gente.. me fijaba en el más mínimo detalle.

La fachada de uno de los edificios me llamó la atención. Era un pub. Decidí entrar, y así de paso, me tomaría algo.
Entré en aquel lugar y me quedé mirando el escenario, donde estaba actuando una banda. Más tarde, me senté en una de las mesas que quedaban vacias. Pedí un refresco y lo esperé, mientras observaba el espectáculo.

El camarero se acercó a mi mesa con mi bebida. Al posarla sobre la mesa me señaló a un chico que estaba sentado en una mesa de las primera filas. Él me había pagado lo que había pedido.
El camarero se marchó y yo dirigí la vista hacia la mesa donde estaba sentado aquel chico, hacia él. La cosa es que me sonaba ¿Lo habría visto en algún otro lugar? No, no creía. Recordaba siempre todas las caras de la gente con la que me cruzaba.

Le agradecí con una sonrisa aquel gesto y bebí un sorbo del refreco que había pedido.

Estaba disfrutando del espectáculo cuando observé que aquel chico que antes me había invitado a un refresco se marchaba. La verdad, es que había estado comiéndome la cabeza todo el rato pensando quién podía ser, por qué me sonaba tanto su cara.
Decidí algo en aquel instante. Me terminé mi refresco y recogí mis cosas y, sin pensarlo, me levanté de la silla acercándome a aquel chico.

-Hola -le saludé, fingiendo que de todas formas me iba a marchar del lugar-

Le miré extrañada al ver que miraba hacia atrás ¿Qué se suponía que miraba? Bueno, sea lo que fuera, no importaba. Me coloqué el bolso bien sobre el hombro.
Sonreí cuando él habló. ¿Nervioso? No, un chico que invita a una chica sin conocerla de nada no se pone nervioso al hablar con ella.. ¿no?.

-Gracias por invitarme -sonríe, sincera- ¿Sales? -le pregunté, señalando la puerta- Creo que el volumen empieza a elevarse cada vez más

Salimos fuera del pub. La verdad, es que no le oía muy bien. Fuera se estaba mucho mejor, aunque comenzaba a refrescar. Me abroché la chaqueta, aunque me tendría que haber cogido algo más de abrigo.
Miré al chico, aún no sabía ni siquiera su nombre.

-Soy Serena, Serena van der Woodsen -dije, sonriendo y tendiéndole la mano-

Sonreí y me reí un poco. Me caía bien. Era amable, simpático.. Sí, cierto.. lo conocía poco, pero no era como los demás, de eso estaba complemtamente segura.

-Encantada -dije tras un breve silencio- ¿Vives por aquí cerca o..?
Miré hacia la carretera para ver si veía algún taxi.

Escuché lo que me dijo y miré en la dirección que me señalaba.

-Entonces no te queda muy lejos, por suerte -sonreí. Me quedé extrañada con lo que dijo después- ¿Sabes dónde vivo?

Me giré mirándole y dejé de caminar, esperando una respuesta. Aquello era bastante raro.

Al escuchar su respuesta me sorprendí. Vaya, él parecía que me conocía.. en cambio a mi tan sólo me sonaba. En vista estaba que sabía incluso donde vivía yo.

-Sí, vivo en el Upper East Side.. -le miré- Lo que no sé es cómo lo sabes tú -terminé, con una risa suave-

-¿Vas al St. Jude? -le pregunté entonces-

Quizá, si fuera al St. Jude, me sonaría de verlo por allí, por la zona. Esperé su respuesta con impaciencia, mientras proseguíamos la marcha.

Balanceé un poco el bolso mientras andaba. Le escuché y arqueé una ceja.

-¿Cómo que por desgracia? -giré la cara y le miré- ¿No te gusta?

Seguí caminando mientras esperaba una respuesta. El chico era mono, pero.. a la vez tenía algo raro.

La verdad es que tenía razón. Con conocer a Chuck Bass me bastaba para saber cómo eran los chicos del St. Jude, aunque siempre había excepciones, claro..
Sonreí. Él era una de esas excepciones.

-Bueno, sé que a veces pueden ser muy desagradables, pero no siempre ni todos son así -dije mirándole-

Le escuchaba atentamente mientras seguía caminando. No parecía gustarle mucho aquel ambiente, ni tampoco los chicos del St. Jude.. los que eran, digamos, como yo.. Aunque conmigo parecía distinto. Me encogí de hombros yo misma y dejé de pensar en ello. Le estaba dando demasiadas vueltas a la cabeza.. simplemente, disfrutaría del paseo, la noche y la compañía.

-¿Y no..? Bueno, yo me aburriría si no tuviese nadie con quien hablar mientras estuviera en clase.